QUIEN TIENE LA CULPA?

Existe una tendencia que viene en crecimiento y es la desarrollar grupos sociales con diferentes formas de percepción.

Por ejemplo en Francia, ante la vista horrorizada de una multitud, doce jóvenes se rociaron gasolina y se prendieron fuego. Horrible venganza contra la vida. En la internet se ha creado una página para invitar a jóvenes al suicidio, ya conocemos la ruleta rusa, jóvenes que entran en sus colegios y masacran a gran parte de los compañeros por los cuales se sintieron agredidos.

La insatisfacción de los jóvenes esta arraigada en el carecer de valores para su vida, muchos encontramos que la pasión que se tiene en la juventud se ve opacada por la falta de percepción de padres y maestros que han tenido miedo de enfrentarse al mundo y luchar por sus sueños.

Escuchamos a diario en todas partes que no existe oportunidades laborales, que no sirves para nada, no tenemos rumbo y buscamos un escape o una salida en la absurda y muy ridícula orientación de cultos orientales (fein chu) y el retorno triunfal de brujos, que se investigamos un poquito sus vidas están llenas de desgracia y depravación.

Los jóvenes esperan que sus padres, los maestros, la sociedad los saque de su derrotero fatal.

¿Y de quien es la responsabilidad del desprecio a la vida?

De cada uno de nosotros que no hemos entendido que la sabiduría solo La da DIOS.

Pasamos nuestra vida tragando entero, no tomamos el tiempo para certificar si es verdad.
Creemos en el bin ban. De la nada fuimos hechos y para nada somos creados todo fue un golpe de suerte.

Y nos cuesta creer que DIOS nos creo a su imagen y semejanza que todos tenemos un propósito en nuestra existencia y que cuando nuestra vida se acabe en esta etapa llamada tierra tendremos que rendir cuentas de lo que dejamos de hacer por nuestra humanidad.

Para ascender a la cumbre hay que querer, saber y poder. Todos queremos Saber, conocer el sentido de nuestra existencia terrenal, exige que nos detengamos a escuchar la voz del creador que nos habla a través de nuestra conciencia, de la naturaleza y de su palabra. Poder espiritual es lo que conseguimos cuando somos humildes y reconocemos que seguir el Manual de instrucciones de la inteligencia suprema que nos creo, es lomas sabio y seguro.